En
la actualidad la fiesta del Carnaval se la celebra a viva voz en toda
la ciudad y la provincia, sin duda la festividad más representativa de
nuestra cultura en el año; sin embargo es necesario conocer los orígenes
de la fiesta en la historia de la humanidad y por supuesto en nuestra
Guaranda. Es preciso rescatar ciertos valores y tradiciones que han
quedado en el imaginario popular; pero con el paso del tiempo se han
desarraigado de nuestra celebración. La idea es promover su permanencia
en el tiempo y saber la riqueza que acompaña al Carnaval de Guaranda.
Los orígenes del Carnaval se remontan
hasta los tiempos de la Antigua Sumeria hace más de cinco mil años, y
se transmitieron hacia los egipcios, griegos, el imperio romano y así
por toda Europa. Se introdujo en América por navegantes españoles y
portugueses en época de colonización y conquista en el siglo XV, la
celebración coincidía cronológicamente con las fechas de su religión.
El Carnaval es una de las fiestas
populares de mayor tradición en la historia, tiene su origen en los
rituales paganos a Dionisio en Grecia, dios del vino y a su equivalente
romano Baco, conocidas éstas como las bacanales, donde todos compartían
como iguales con los esclavos, algo que solamente sucedía durante esta
celebración, en los festines que se realizaban en honor al buey Apis en
Egipto; y saturnales romanas, en honor al dios Saturno.
Con el paso del tiempo, el carnaval fue
adoptado por los pueblos que poseen tradición cristiana, es así que la
iglesia y algunos pontífices se encargaron de frenar el libertinaje del
Carnaval de la antigüedad y lo transforman en un ritual de celebración,
comida, fiesta y última oportunidad de excesos, antes de la cuaresma,
tiempo de recogimiento y ayunos previos a la semana santa.
En la época medieval y colonial, durante
el reinado de los Reyes católicos, ya era costumbre disfrazarse en
determinados días con el fin de realizar bromas en los lugares públicos,
con alarde y burla al mismo tiempo de la diferencia de clases sociales,
ya que al estar enmascarados no había distinción de éstas, costumbre
transmitida en su origen por los moros quienes ocuparon por varios
siglos territorios ibéricos.
Con el trascurso del tiempo el carnaval
adoptó estilos diferentes en cada país: En América por ejemplo,
elementos aborígenes místicos precolombinos fueron parte del sincretismo
cultural que surgió de la fusión de la cultura europea y los pueblos
ancestrales de América.
Cabe recalcar que muchos de los elementos del Carnaval europeo
introducidos en el “Nuevo continente” se mantienen como por ejemplo:
Caravanas, carros alegóricos, comparsas de disfraces, máscaras, confeti,
música, agua, cánticos, y son representadas con diferente intensidad y
peculiaridad, resaltan entre ellos los Carnavales de Rio de Janeiro, New
Orleans, Buenos Aires, La Habana, Oruro y por supuesto el de Guaranda.
Por otro lado es necesario citar la
riqueza ancestral de los rituales que se llevaban a cabo en el
continente americano en épocas prehispánicas, donde se encontraron que
civilizaciones con tradiciones, cultos, rituales desarrollados, tenían
una profunda relación con la naturaleza, el ciclo lunar, la agronomía y
sus dioses; su cosmovisión resaltaba en la celebración la llegada de la
primavera que durante la segunda luna de cada año rendían
agradecimiento a Pachacámac (dios supremo) por la fertilidad y
productividad del suelo, y un homenaje al Cacique. Las tribus se
concentraban en grandes grupos para saludar al Cacique Huaranga y
participar en la reunión que robustece las bases de su sociedad
comunitaria local, al vivir congregado el aborigen se identifica en
grupo y es esencialmente un ser colectivo. En esas circunstancias las
diferencias individuales desaparecen, sin consideraciones de clase
social, edad, sexo, etc. Todos gozaban por igual, es ése el origen de
nuestro Carnaval, en el que por tres días les agradaba bailar y cantar,
transformaban sus rostros con pintura, se disfrazaban con pieles de
animales, les agradaba beber mucha chicha, comer bien y celebrar con su
música e instrumentos su ritual.
En tiempos contemporáneos y basados en
los elementos de la tradición, surge un nuevo reconocimiento en este
caso al patrón o hacendado que recibía ofrendas recolectadas por sus
trabajadores en sus tierras durante un año, dicho regalo es el conocido
“Camari” y seguramente el origen de nuestro Taita Carnaval, aquí él
brindaba chicha y licor a los indígenas, ésta era una celebración donde
la igualdad y el compartir eran las premisas.
Es curioso las coincidencias y
semejanzas de las celebraciones del viejo mundo y nuestro Carnaval,
identificar que ambas corrientes se fusionan y mantienen elementos
propios comunes, asociadas a fenómenos espirituales, astronómicos y a
ciclos naturales; la utilización de máscaras, danzas, cantos, música y
el agua.
Es deber de nosotros, los guarandeños,
resaltar y rescatar estos valores que van desde el compartir en familia y
promulgar la igualdad entre todos, hasta el respeto a la naturaleza y
la riqueza cultural de nuestra celebración mayor El Carnaval de
Guaranda. “A verte vengo, vengo por verte: trayendo flores para
ofrecerte”.
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