En los orígenes de la lengua española,
el pueblo fecundó una forma poética, la COPLA, para expresar sus más
ignotos sentimientos. Es un conjunto o estrofa de cuatro versos,
generalmente y no siempre de ocho sílabas métricas. La rima más común se
da entre el segundo y cuarto verso. Osea en la fórmula abcb. Aún cuando
hay coplas populares donde riman el primer verso con el tercero y el
segundo con el cuarto, con la fórmula abab. Los estudiosos de las formas
poéticas han denominado a los últimos con el nombre de cántigas
cuadradas.
Los cantores populares, los
carnavaleros, con mucha naturalidad crean las coplas, llegando al
contrapunto. Lo mismo sucede cuando un grupo de varones afila su verso,
provocando la contestación de las mujeres, acompañados de la música
alegre y triste del Carnaval.
Las coplas desconocen autor, cuando el
pueblo las recoge en su seno. En cada rincón de Bolívar, se crean, se
recrean, y transforman, se transmiten los versos anónimos. Existen por
miles, acariciando todos los temas importantes de la existencia
colectiva del hombre.
Nos llegan coplas que tienden a la
eternidad y también aquellas que poseen el sabor de la circunstancia, el
momento, el punto instantáneo. Los padres, los parientes y amigos,
enseñan a los jóvenes los versos que algún día aprendieron también,
junto a la guitarra, al pingullo, a la hoja de capulí, con el son del
tambor, en horas pasadas, que embriagan con la nitidez del recuerdo.
Para recordar coplas, o inventarlas
según las circunstancias, como otorgando nuevo aliento, entre ellas se
canta los ESTRIBILLOS. Son estrofas poéticas pequeñas, que se repiten
luego de la ejecución de una o varias coplas grandes. Unas veces tienen
cuatro versos pentasílabos como:
Tira la lanza por la ventana
heríme el pecho , menos el alma
heríme el pecho , menos el alma
Otros en cambio, se cantan en la mitad y
al final de cada copla en forma de embono, como llamaba Justino
Cornejo, Así por ejemplo:
¡Que bonito es Carnaval!
¡Amor mío Carnaval!
¡Ya se acerca Carnaval!
¡Bien bonito es Carnaval!
La música es andina. Pertenece a la cultura de los pueblos indígenas que crecieron en los valles ribereños del Llangama, del Salinas y del Chimbo. Pero solo la leyenda pudo explicar sus orígenes, tal como supo hacerlo el Dr. Augusto Cesar Saltos al narrar el nacimiento de la melodía "triste y alegre" por disposición del Dios Pachacamac para acariciar el sueño de una pareja indígena enamorada. Eran tiempos del Cacique Guaranga.
¡Amor mío Carnaval!
¡Ya se acerca Carnaval!
¡Bien bonito es Carnaval!
La música es andina. Pertenece a la cultura de los pueblos indígenas que crecieron en los valles ribereños del Llangama, del Salinas y del Chimbo. Pero solo la leyenda pudo explicar sus orígenes, tal como supo hacerlo el Dr. Augusto Cesar Saltos al narrar el nacimiento de la melodía "triste y alegre" por disposición del Dios Pachacamac para acariciar el sueño de una pareja indígena enamorada. Eran tiempos del Cacique Guaranga.
Las melodías risueñas y dolorosas tiene
sus variantes según los cantones y parroquias. En unos se asemeja a los
danzantes, en otros como en Chillanes se alarga lentamente sobresaliendo
el carácter triste. Al ser eminentemente colectivo logra identificación
en sus variaciones con claridad. Este, y no otra cosa, ha hecho que se
cree una copla del mismo Carnaval que dice:
Al Carnaval de Guaranda
nadie lo puede imitar
porque sólo un Guarandeño
puede tocar y cantar.
Al Carnaval de Guaranda
nadie lo puede imitar
porque sólo un Guarandeño
puede tocar y cantar.
Sal ser único, tiene sus diversidades
típicas en cada sector de la provincia. Es el significado de una riqueza
en la creatividad bolivarense. Con claridad son notados inmediatamente
ciertos arreglos, que por sus versiones " cultas" se alejan del oído
popular.
La guitarra española, la
bandolina, el pingullo, la triste dulzaina, la flauta, el tambor, el
rondín, el rondador, traducen los sonidos de ésta melodía.
De los intérpretes en Guaranda,
inicialmente recordamos a los hermanos González y Bolívar García, al
Coro del Colegio Ángel Polibio Cháves, a los hermanos León, a don
Gonzalo Flor, a Don Víctor Emilio Tapia, a Don Arturo Chata, al grupo
del Guaranda Tennis Club, al Coro del Comité Permanente del Carnaval, a
nuestra Banda Municipal. La lista es incompleta peor aún si consideramos
los valores de toda la Provincia.
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